Valentina Y. Ring

DESCRIPCIÓN FÍSICA

Lo que más le gusta de su físico es su pelo, oscuro y largo, ondulado, indomable, herencia de su abuela. Casi siempre lo lleva suelto pero cuando se tiene que concentrar de verdad se lo recoge en un moño alto, y cuando vuela sobre la escoba siempre se lo anuda en una coleta alta para que no moleste. Odia llevarlo sucio así que se lo lava todos los días, y últimamente le ha dado por probar pociones para cambiarse las puntas. Sus ojos son grandes y castaños, profundos y llamativos, tiene las pestañas muy largas y las cejas muy marcadas, lo que le dan bastante sombra, pero el brillo que emanan apartan la oscuridad. Su nariz es respingona y, según su padre, muy graciosa; tiene algunas pecas. Con los años y las hormonas ha ido volviéndose una chica de buen ver; si bien sigue siendo baja (apenas levanta metro y medio del suelo), tiene bastante curvas y sabe menear el trasero para captar la atención. Cuando no tiene que llevar el uniforme del colegio le encanta vestir con colores claros, pastel en su mayoría.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Valentina es una chica muy dulce, siempre lleva una sonrisa en la cara. Es extrovertida y alegre, le gusta relacionarse con los demás, hacerles sonreír, lograr que sientan felicidad, aunque, como todo el mundo, a veces pueda enfadarse y sacar su mal genio. Hay gente que dice que es puro amor. Pone interés en todo lo que hay a su alrededor, le gusta estar rodeada de cariño y buen humor, risas y amigos, y hasta la tontería más grande puede animarle para todo el día. Pero también es una chica muy sensible y los insultos y malas palabras no están hechas para ella. Tiene mucho porte ante el público, cuando hay alguien cerca es incapaz de llorar, sin embargo, al estar en soledad se derrumba y no paran de salir lágrimas. Es incapaz de decir que no a nada, siempre asiente, es positiva y se enfrenta a los retos más complicados sin pensar mucho. Demasiado impulsiva con sus sentimientos e ideas, firme defensora y bastante cabezota, muy enamoradiza y algo en las nubes. Parece que le manejan la vida porque ella sería incapaz de tomar decisiones serias pero no es cierto, sabe ser una chica madura cuando se necesita, solo es que le gusta vivir al límite, sentir adrenalina en su cuerpo y cometer ciertas locuras mientras no sea un peligro para nadie.

HISTORIA

Valentina nació una preciosa mañana de febrero, el sol brillaba en el cielo, los pajarillos cantaban alegres en las ramas de los árboles y, en la sala de parto, su madre, de apenas veinte años, sentía que se moría por el dolor. No había sido un embarazo sencillo pero tenían tantas ganas de formar una familia... Por suerte, gracias al reposo de Hortensia, Valentina nació fuerte y muy sana; y, apenas 10 minutos más tarde, le siguió su hermano, Cael, por lo que los Ring decidirían no volver a tener hijos.

Ambos niños crecieron rodeados de comodidades y magia, soñando con entrar en Hogwarts, viendo partidos de quidditch... Valentina, en cuanto al deporte se refiere, siempre quiso ser jugadora profesional; y no es que su familia no le apoyara, pero veían mejor que buscara una oficina en el ministerio.

Su primer amor, o su primer desamor, ocurrió cuando tenía apenas nueve años. Valentina estudiaba en casa las lecciones de su madre, así que tenía poco contacto con otros niños, sin embargo, por las tardes podía salir a jugar con algunos vecinos, y entre ellos estaba Mikel. Tenía unos dos años más que ella, era muy gracioso y su carita llena de pecas inspiraban a reír, Tina estaba totalmente loca por él; pero no era la única.

Cael también sentía el mismo gusanillo y, plantándose delante del chico, le hicieron decidir entre ellos dos. Mikel dijo que no quería estar con ninguno porque los dos eran sus amigos -raros, pero amigos-, así que Valentina y Cael se enfrentaron en la pelea más épica que había existido en su casa. Como castigo, ninguno de los dos cursaría en Hogwarts.

Nadie podrá explicar jamás la alegría que sintieron ambos chicos cuando recibieron sus cartas y sus padres dijeron que sí que irían al colegio de magia. Estuvieron visitando el Callejón Diagón casi a diario, pero, a medida que se acercaba el día, Valentina comenzó a ponerse nerviosa. ¿Y si no se hacía amigos? ¿y si estaba siempre sola? Pero Cael le tranquilizó, a él siempre le tendría a su lado, aunque les separasen de casa; así que marchó más tranquila en el tren, donde comenzó a conocer a sus compañeros. Desde ahí, hasta el momento actual, solo se puede describir su vida como apacible y llena de risas, cargada de buenos momentos y rodeada de sus amigos, las personas que más le importan.